HABERMAS

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Para elaborar este texto que presento he utilizado, el libro de 2º Bach. de Filosofía de textos de Anaya, el de texto de Bruño de Roger Corcho y Rosario González y el blog “La lechuza de Minerva”, casi todo de este último. Es obligatorio estudiar los libros de texto.

JÜRGEN HABERMAS (1929)

INTRODUCCIÓN

Para Habermas, al igual que para el conjunto de los autores de la Escuela de Frankfurt, la tarea de la filosofía es realizar un estudio reflexivo (racional) y crítico de la realidad con el objetivo de promover una sociedad libre y no alienada.

Frente a la primera generación de estos autores, que se centraron en analizar, por un lado, el proceso deshumanizador, alienante y destructivo que habían protagonizado los totalitarismos ideológicos en política y, por otro lado, el reduccionismo positivista del uso de la razón a una interpretación científico-técnica en manos de las élites políticas y económicas. Habermas, que pertenece a una segunda generación de autores de la llamad Escuela de Frankfurt, incorpora en su reflexión filosófica temas y características propios del pensamiento de la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI.

Habermas ofrece especial importancia a la comunicación y el diálogo como desarrollo de la racionalidad en la ciudadanía como base de la democracia y de la política; además, reclama el valor del consenso racional entre los ciudadanos defendiendo la participación activa de los ciudadanos dirigida a corregir la instrumentalización, dominio y manipulación de las sociedades contemporáneas; también, reclama una reflexión activa de la ciudadanía sobre cómo se puede utilizar la racionalidad y el diálogo (comunicación) para conseguir una actividad ciudadana consensuada y liberadora de toda forma de instrumentalización o manipulación

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

  1. Distinción entre razón comunicativa y razón instrumental.

1.1.      La ilustración (s. XVIII) reclamó un uso emancipador del conocimiento científico y racional. Los ilustrados defendían el uso de la razón (como conocimiento) y su conversión en ciencias prácticas que estudiaran la realidad para acabar con la superstición y el dominio de tradiciones y costumbres basadas en la ignorancia. A lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX, el desarrollo científico y cultural se apoyó en la corriente positivista que reivindicaba una visión cientificista de la razón (del conocimiento) y la realidad, que dejaba en un puesto subjetivo e individualista la moral. En el siglo XX la ciencia (conocimiento racional científico) no se convierte sólo en una estructura poderosa de conocimiento del mundo físico, sino también en un instrumento eficaz de manipulación y control del ser humano, en manos de élites económicas y políticas, que utilizan su poder para promover el desarrollo humano, pero también la guerra, la esclavitud, etc.

 En la segunda mitad del s. XX y en el s. XXI, Habermas considera interesante distinguir entre dos formas (usos) de la razón:

1.2. Razón instrumental (uso instrumental de la razón)  frente a razón comunicativa (uso comunicativo, discursivo de la razón).

 La razón instrumental se plantea como la capacidad de conseguir un fin, un producto, sin reparar en las condiciones o consecuencias morales que se derivan de esa actuación. Es un tipo de mecanismo racional que actúa escogiendo los medios más útiles para conseguir un objetivo. Al actuar conforme a la estrategia de que el fin justifica los medios, acaba utilizando a las personas como simples objetos o herramientas para un fin posterior, alienando la condición de fin en sí mismo que tiene todo ser humano. Para Habermas, el uso instrumental de la razón (la razón instrumental) es un tipo de procedimiento racional habitual que desarrollamos al trabajar. El uso instrumental de la razón también se desarrolla a través del interés técnico y con las ciencias naturales (empíricas-analíticas).

  1. La razón comunicativa se identifica con la capacidad de comunicarse y dialogar para asentar el conocimiento y la convivencia en estructuras basadas en el consenso entre personas (ciudadanos activos) libres, en igualdad de condiciones. El uso comunicativo de la razón se sirve del lenguaje y la comunicación para provocar el consenso, y convertir este consenso argumentativo y racional en el criterio de verdad y el fundamento esencial que guíe el orden social y cultural.

Para Habermas, la razón comunicativa (valorativa) está conecta, tanto con el interés práctico, como con el interés emancipador y se relaciona con las ciencias sociales.

Para Habermas, estas dos formas de la razón son dos modos de actuación básicos, irreductibles e independientes

  1. Distinguirá tres tipos de intereses rectores del conocimiento y tres tipos de acciones en función del objetivo que tiene la acción.
  • 1. El interés técnico domina en las ciencias naturales, donde se observa y estudia la realidad con el objetivo de su posible manipulación, se pretende predecir y controlar la naturaleza, comprendiéndose ésta mediante leyes.
  • 2. El interés práctico domina en las ciencias sociales y analiza la realidad social. No pretende la manipulación o control de dicha realidad, sino, más bien entrar en diálogo con ella, comprender el sentido y finalidad de sus distintos hechos y acciones.
  • 3. Por último, está el interés emancipatorio que domina las ciencias críticas (la filosofía crítica, la economía política, la psicología crítica, la sociología crítica) que estudian la realidad social. El interés emancipatorio analiza los mecanismos de dominación de la existencia humana, estudia las condiciones sociales por las que los individuos se ven obligados a asumir las situaciones y decisiones que oprimen sus vidas, esforzándose por tomar conciencia de ellas y luchar para cambiarlas.

Los tres tipos de acción son:

  1. Aquellas en que la acción está orientada al éxito en un contexto no social, habla de acción instrumental.
  2. Cuando la acción se realiza orientada al éxito pero en un contexto social, lo denomina acción estratégica.
  3. En aquellos contextos sociales en que el objetivo es la comprensión mutua es cuando aparece la acción comunicativa.

 CRÍTICA A LA RAZÓN INSTRUMENTAL.

Para Habermas, el interés técnico no representa por sí mismo un peligro, por el contrario, es un interés fundamental para el desarrollo individual y social, pero se convierte en un peligro cuando arrincona e ignora los intereses práctico y emancipatorio de la razón, presentándose como un interés neutral y el único válido en la racionalidad.

En las sociedades contemporáneas los poderes económicos y políticos se apropian del uso científico y tecnológico, convirtiendo su interés técnico en interés técnico, presentándose como elementos o estructuras de legitimación política. Se desarrollan ideologías tecnocráticas, que se muestran como representaciones del progreso científico y técnico, pero ocultan que también están al servicio del proceso ideológico de manipulación y alienación en el que las personas nos vemos envueltos en las sociedades contemporáneas.

EL PROBLEMA DE LA MORAL Y POLÍTICO

-1.CRÍTICA AL INTERÉS TÉCNICO DE LA SOCIEDAD ACTUAL

       Habermas denuncia que en la acción práctica (instrumental) domina el interés técnico. Señala que en la actualidad la “acción estratégica” de la razón instrumental utiliza el conocimiento de las ciencias y la tecnología a su disposición para la predicción, dominio y control social, mostrando a las personas como simples objetos naturales o herramientas. Frente a este tipo de acción e interés, Habermas opondrá en su teoría ética y política la defensa del interés emancipatorio y la acción comunicativa consensuada en su Teoría de la Acción Comunicativa.

-2. LA TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA.

     2.1. Base de la teoría de la acción comunicativa

La Teoría de la Acción Comunicativa basa la acción humana y social en la racionalidad comunicativa frente a la racionalidad instrumental o técnica. La racionalidad comunicativa considera que el desarrollo de la razón se origina con la comunicación entre los hombres: por un lado, en la capacidad de exponer más y mejor sus razones y argumentos; por otro, en la de entender más y mejor las razones y argumentos de los otros.

La razón comunicativa se basa en el uso del lenguaje para buscar el entendimiento y el acuerdo intersubjetivo que nos permiten establecer normas de actuación morales (ética) y sociales (Derecho) partiendo del presupuesto de la igualdad y la libertad. Cuando esta interacción dialógica (discursiva, de diálogo) busca argumentaciones racionales con pretensiones de universalidad, de consenso, se denomina “discurso”. El grado máximo de racionalidad social será establecer un discurso (o actitud o atmósfera de diálogo racional) acerca de los fines y los valores que deben guiar la acción humana.

    2.2. La ética del discurso de Habermas

La ética del discurso de Habermas contiene elementos que reelaborados, reformados, de la ética formal de Kant. La ética discursiva de Habermas puede calificarse de universalista, deontológica, racionalista, formal y procedimental.

Como para Kant, para Habermas, la universalidad, la necesidad de conectar el individuo subjetivo (concreto, aislado) que piensa con el resto de la humanidad es decisivo para fundamentar la ética. Pero, a diferencia de Kant, para quien eran las personas aisladas, cada cual con su conciencia individual, quienes trascienden esa individualidad hacia la universalidad apelando a la ley con la que se identifica el imperativo categórico, para Haberamas, el proceso de trascendencia de lo particular para acceder a la norma universal es el diálogo razonado que busca el consenso. Es en el consenso racional donde se supera los límites de la razón individual y se accede al deber universal, que exige deber a todos como personas o miembros de una comunidad. Para Habermas, la norma ética (el imperativo) que dice cómo debemos actuar necesita fundamentarse en lo que todos los seres humanos de común acuerdo y mediante diálogo acepten como norma universal.

Por otra parte, para Habermas a diferencia de para Kant, la teoría consensual del bien que propone, mantiene la aspiración a la universalidad pero no conlleva que los individuos  renuncien a sus intereses particulares, esto es, se debe encontrar el consenso en una norma que todos los afectados podrían llegar a aceptar y preferir frente a otras, teniendo en cuenta sus intereses.

De forma similar, la ética discursiva de Habermas es formal, es procedimental, porque no se basa en el contenido de las normas (contenido: felicidad, placer, utilidad), sino en la forma de legitimar esas normas, en el procedimiento por el que podemos declarar válidas esas normas, que es la búsqueda del consenso, por tanto no sirve cualquier tipo de consenso (no sirve un consenso fruto de la coacción o la manipulación), sólo un consenso cuya “forma” proceda a través de un diálogo racional, que requiere una argumentación honesta, entre iguales, libre, coherente. No importa el contenido de las normas, sino la forma de legitimarlas y el procedimiento por el que las declaramos válidas.

La ética de Habermás también es deontológica, marca el ámbito de lo que debe considerarse correcto y que esa “corrección” implica que aquellas normas que son correctas conllevan el deber o la obligación de acatarlas, de seguirlas. Uno de los fines de la ética es explicar el valor prescriptivo de las normas, que nos conectan a todos en el consenso como personas.

Otra de las características de la ética de Habermas es que es una ética de la racionalidad. La expresión “debes hacer algo”, en la ética discursiva significa “hay razones para hacer algo”, reconoce la importancia del proceso cognitivo que acompaña al razonamiento, a la deliberación y argumentación ética. La forma de defender el deber es “dar razones” a través de un proceso de razonamiento dialogado que busca el consenso con los otros.

  2.3.   Dimensión política de la teoría de la acción comunicativa.

Las normas morales y las jurídicas se equiparan en la ética del discurso, y la validez de la ética comunicativa se extiende a la dimensión política, en donde tanto la ética como el derecho deben resolver los conflictos y restablecer la intersubjetividad, la universalidad que demanda identificar y pactar en función de los intereses comunes de la ciudadanía, de los ciudadanos en el ámbito de la comunidad, de la democracia o del estado.

Por tanto, Habermas es partidario conectar las normas en el terreno ético y jurídico con la búsqueda de consenso racional desde una política que sea deliberativa. La “política”, tiene como presupuesto la existencia de una comunidad de diálogo en la que todos, sin coacción y en igualdad de oportunidades, puedan opinar para buscar un consenso racional acerca los intereses comunes.

Diferencias entre la comunidad ideal y la situación real.

Con el objetivo de desarrollar la dinámica social y política de diálogo basado en el consenso, es necesario reconocer cuáles son las condiciones sociales reales (condiciones políticas, culturales, económicas, institucionales, etc.) para proponer mejoras a través de argumentaciones y hacer prevalecer aquellas propuestas que integren el reconocimiento de los ciudadanos en el consenso. Y que, este acuerdo repercuta en las instituciones políticas sin que estas pierdan la autonomía que la constitución las otorga.

La acción comunicativa que Habermas presenta contiene, por tanto, una propuesta de actuación política como “proyecto”  (meta o ideal), pues requisitos como la libertad e igualdad de condiciones entre toda la ciudadanía no se puede conseguir de forma perfecta, sin embargo se convierten en el horizonte para construir una sociedad justa. En las democracias occidentales, la política necesita legitimarse en la justicia para que su autoridad sea reconocida por los ciudadanos. Y la acción comunicativa  representa un modelo de acción política que ofrece, tanto pautas para establecer la legalidad (el derecho), como un fundamento de su legitimidad.

Es importante reconocer las diferencias entre la comunidad ideal (como modelo o proyecto) y la situación real. Pues el uso de la razón comunicativa conlleva racionalidad crítica y rechazo de la alienación y la manipulación, representa una racionalidad emancipatoria.

(A) La situación real. En la situación política real en la que nos encontramos existen una serie de factores políticos y económicos que reservan (limitan) la participación efectiva en la vida pública a unas élites políticas y económicas a base de condicionar esa participación en lo público en (1) un alto grado de especialización tecnológica (propia de los tecnólogos –tecnocracia-); (2) en la complejidad-inaccesibilidad de la burocratización de las formas de participación política y ciudadana, y (3) el poder y control de las instituciones y del estado que las elites económicas y políticas ejercen defendiendo sus intereses de grupo. Junto a otros, estos tres factores, al tiempo que dificultan la participación de la ciudadanía en la vida social y pública, provocan su desmotivación, desinterés, desafección, pasividad hacia la dimensión de la vida pública y social, provocando en la población actitudes y enfoques más individualistas y defensivos, para poder defender sus intereses privados.

Habermas señala que esa pasividad y desafección política termina generando un problema de legitimidad de la propia democracia donde una gran parte de la población deja de votar o de creer en el poder regenerador de la democracia al votar.

De ahí que Habermas considera necesario generar un espacio público y racional que fomente la vinculación de los individuos con la sociedad para generar normas, estructuras y formas de actuación política consensuadas desde la base de la discusión racional de los problemas sociales en la ciudadanía. Surge así un nuevo proyecto: la democracia participativa.

(B) La democracia participativa (deliberativa) como modelo (proyecto) de práctica política

La democracia participativa (deliberativa) como modelo (proyecto) de práctica política se diferencia de los que Habermas considera los dos principales modelos teóricos defendidos en las democracias occidentales, especialmente en el modelo de Estados Unidos: la democracia liberal y la republicana.

Habermans denomina democracia o modelo liberal a un modelo político que defiende un tipo de estado que representa los intereses de una sociedad individualista, que tiene como prioridad defender los intereses privados y económicos de los ciudadanos. En la democracia liberal el estado, como personificación del Derecho, y su política tienen la función de regular los posibles conflictos de intereses privados que surjan en el desarrollo de la vida pública y hacer valer los derechos subjetivos (individuales) de los ciudadanos frente al propio estado o los intereses de la comunidad a la que pertenecen.

La discusión política en el modelo liberal se ve como una lucha por lograr mayor poder administrativo y el éxito político se mide por la aprobación de la intervención política en número de votos que los ciudadanos otorgan a las personas y a los programas.

En la imagen que ofrece de la representación o democracia o modelo republicano, la primacía en la vida social y pública la obtiene la sociedad civil que ha de conquistar en términos éticos al Estado. Además, en la imagen de la democracia republicana lo comunitario prevalece sobre lo individual y el interés político se enfoca en contrarrestar el poder particular o privado, para reducirlo y controlarlo en función del espacio público y comunitario. El éxito político se reconoce en la efectividad para hacer prevalecer los intereses comunitarios, el bien común, desde la autodeterminación ciudadana, que prevalece frente a los intereses del mercado. La democracia equivale a la autoorgnización política de la sociedad.

Habermas con su propuesta de democracia o modelo deliberativo busca superar y sintetizar los modelos liberal y republicano. Por un lado, pretenderá la defensa del individuo y, por otro, la importancia de la sociedad como una comunidad de convivencia.

Para conseguir esta democracia deliberativa con mayor grado de participación y menor de alienación política, se han de establecer criterios institucionales y legales que se presupone que todos los afectados admitirían tras un diálogo celebrado en condiciones de igualdad y libertad. Esta democracia participativa busca el consenso pragmático donde ningún afectado puede ser eliminado o coaccionado debiendo siempre respetarse los derechos humanos.

La democracia participativa es así una apuesta por la implicación de los ciudadanos y los colectivos en la resolución de los conflictos. Asimismo, la política deliberativa apoya la institucionalización moderna de los discursos, pero no olvida la importancia de la esfera pública de la sociedad civil, donde se desarrollan también procesos discursivos que han de ser tenidos en cuenta. Por ello afirma que las deliberaciones se pueden realizar de manera formal―asambleas, parlamentos, etc.―, o de manera informal, en las discusiones que se llevan a cabo en el seno de la sociedad civil, donde se puede valorar el estado real de la democracia.

El modelo deliberativo se presenta no como una realidad política e ideológica terminada en un momento histórico definido, sino más bien como una propuesta práctica que debe llevarse a cabo desde una ética con connotaciones formales. Esta propuesta se dirige a mejorar progresivamente la dimensión democrática de la política y de la convivencia social a base de hacer más efectivos, a nivel legal y estructural en la dinámica social, la búsqueda del consenso racional y el compromiso de la ciudadanía en la satisfacción de sus intereses a través de la política.



The Structural Transformation of the Public Sphere

In this video, I look at Jurgen Habermas’ book, the Structural Transformation of the Public Sphere, and its consequences today, especially in relation to questions about the internet.

The below video lecture outline Habermas’s analysis of the public sphere and why it is important in understanding the role of the mass media in society.

JÜRGEN HABERMAS (1929)

LA FILOSOFÍA es promover una reflexión crítica y racional para formar una ciudadanía activa comprometida con el desarrollo de la democracia basada en el consenso y la libertad entre iguales.

 EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

1. Distinción entre razón instrumental y razón comunicativa

1.1. Razón Instrumental

                  – Carácter utilitario.

      – Conecta con el trabajo. La actividad productiva.

      – Se desvincula de las consecuencias morales de su acción.

      – Se relaciona con el interés técnico y las ciencias empíricas y naturales.

1.2. Razón comunicativa (valorativa).

      – Carácter comunicativo y liberador.

      – Conecta con acción de comunicarse, buscar un consenso entre iguales, que refuercen las estructuras e instituciones de la convivencia.

      – Se vincula con del desarrollo ético y moral de la ciudadanía

      – Se relaciona con el interés técnico y las ciencias sociales.

2. Distinguirá tres tipos de intereses rectores del conocimiento

  • 2.1. El interés técnico -> ciencias naturales – acción instrumental – predecir y controlar la naturaleza. 
  • 2.2. El interés práctico -> ciencias sociales – acción estratégica – analizar la realidad social. 
  • 2.3. El interés emancipatorio ->ciencias críticas – acción comunicativa – evita mecanismos de dominación, desarrollar una comunicación liberadora.  

3. Distingue tres tipos de acción:

– 1. Acción instrumental -> orienta al éxito -> contexto no social.

– 2. Acción estratégica -> orientada al éxito -> contexto social.

– 3. Acción comunicativa -> compresión mutua -> contexto social.

3. Critica a la razón instrumental.

 

EL PROBLEMA DE LA MORAL Y POLÍTICO

-1. CRÍTICA AL INTERÉS TÉCNICO DE LA SOCIEDAD ACTUAL

  Denuncia cómola acción práctica actual domina el interés técnico, la “acción estratégica” (utiliza el conocimiento para la predicción, dominio y control social).

-2. LA TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA.

 2.1. Base de la teoría de la acción comunicativa

       La acción social debe basarse en la racionalidad comunicativa para buscar el entendimiento y el acuerdo intersubjetivo que nos permitan establecer normas de actuación morales (ética) y sociales (derecho) partiendo del presupuesto de la igualdad y la libertad (interacción dialógica-interacción social). Discurso.

2.2. La ética del discurso de Habermas reelaboración de la ética formal de Kant –

2.2.1. La universalidad pasa del principio elaborado desde la conciencia individual, a la universalidad que encuentra la acción comunicativa en la consenso.

2.2.2. La ética formal de Habermas requiere un procedimiento y respetan los intereses particulares.

2.2.3. Es deontológica. La corrección de las normas conlleva su deber.

2.2.4. Es una ética de la racionalidad (y cognitivista). El deber significa que hay razones para hacer algo.

 2.3.   Dimensión política de la teoría de la acción comunicativa (La política deliberativa) .

 Equiparación de las normas morales y políticas en la ética del discurso.

– una comunidad de diálogo que busca el consenso;

2.4. Diferencias entre la comunidad ideal y la situación real.

– necesita reconocer las condiciones reales de las que se plantean como modelo (proyecto o ideal), para proponer mejoras y afianzar la justicia como fundamento legal que legitime la acción política.

(A) La situación real. Tres factores de la situación política actual: tecnocracia, burocratización y poder y control de las élites económicas y políticas para controlar las instituciones en función de intereses de grupo.

Desafección y desinterés de la ciudadanía, pérdida de legitimidad de la democracia como sistema político que representa los intereses del pueblo.

(B) La democracia participativa (deliberativa) como modelo (proyecto) de práctica política. Tres modelos de democracia.

  1. El modelo político liberal. Modelo democratico liberal.

  –Defiende: intereses individuales, lo privado, sociedad individualista, intereses económicos del mercado.

  –Función del estado: media legislativamente ante los conflictos de intereses privados contrarios.

  –Prioridad del estado: Dar prioridad a los derechos subjetivos de los ciudadanos.

  –Éxito político de los gobiernos se identifica con: conseguir mayor poder administrativo y de reconocimiento de su gestión, con el objetivo de conseguir más votos.

  • El modelo republicano. Modelo republicano de democracia.

  –Defiende: la primacía de la sociedad civil en la vida pública. Lo comunitario prevalece sobre lo individual.

  –El estado e interés político frena o contrarresta el poder privado, particular.

  –El éxito político se reconoce en la efectividad para hacer prevalecer los intereses comunitarios, la autodeterminación de la ciudadanía.

  –Prioridad del estado en democracia: la organización de la vida pública y social.

3. El modelo de la democracia participativa (deliberativa)

– La democracia participativa pretendesuperar y sintetizar los modelos liberal y republicano, afianzando la defensa del individuo y la importancia de la sociedad como una comunidad de convivencia. La legitimidad de la justicia está conectada con el consenso deliberativo con carácter emancipador.

– Características del modelo deliberativo:

  -Busca: superar y sintetizar modelos liberal y republicano.

  -Defensa de la comunidad de convivencia (razón-diálogo-consenso).

  -Promueve mayor grado de participación de la ciudadanía en la acción política y menor grado de alienación política.

  -Pretende: establecer criterios institucionales legales, como resultado del diálogo, razonado, libre y entre iguales, que busca el consenso de intereses comunes. Apoya la institucionalización del “DISCURSO”, del diálogo (debates) en la esfera pública. Promueve: deliberaciones de manera formal: en la educación e instituciones públicas y, de manera informal, en la sociedad civil (asociaciones, medios de comunicación de masas, agrupaciones locales, etc.).

  -Presenta: una propuesta de acción práctica en la acción democrática:

* Como proyecto de la ciudadanía,

* Como una moral basada en una propuesta ética formal.

* Con el objetivo: mejorar la efectividad de la democracia a base de hacer efectivos la acción social de la ciudadanía a nivel legal-moral y político.

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