KANT

PARA 2º DE BACHILLERATO:

DESCRIPCIÓN DEL PENSAMIENTO DE KANT (1724/1804)

Kant fue un filósofo de la Ilustración. Llevó a cabo un análisis crítico de la razón con el fin de desarrollar al máximo las posibilidades de esta facultad humana que buscaba promover la realización de la libertad a través de la razón, tal y como se planteaba en la circunstancia y rasgos propios de la ilustración (fe en el progreso y la ciencia, secularización del pensamiento, confianza en el poder de la razón para promover la libertad, ataque los prejuicios arrastrados por la tradición, que se conectaban con la ignorancia, etc.

El análisis crítico de la razón que Kant presentó a finales del siglo XVIII es el resultado de una evolución personal en Kant que comenzó defendiendo posturas racionalistas, relacionadas con la influencia que recibió del dogmatismo racionalista  de  Wolff, que era un profesor prestigioso en la universidad de su época. Y, posteriormente, tras conocer la obra del empirista Hume, evolucionó asumiendo parte de los presupuestos, elaborando un análisis filosófico crítico que superaba las posturas racionalistas y empiristas por separado.

Básicamente, su filosofía intentó responder a las preguntas: ¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? En definitiva, ¿qué es el hombre?

Teoría del conocimiento. ¿Qué puedo conocer?

Como ilustrado, Kant realiza en su filosofía una crítica de la forma tradicional de entender la filosofía en el que no se distinguía adecuadamente el razonamiento metafísico del saber científico. Para explicarlo, primero, nos referiremos a la importancia de los juicios sintéticos a priori y, segundo, revisaremos tres facultades que intervienen en el proceso de conocimiento, de acuerdo con Kant.

En 1781 publicó su obra “Crítica de la razón pura”, en la que planteaba la cuestión de si la metafísica podía considerarse una ciencia o no, y cuáles eran las razones por las que los pensamientos e ideas de carácter metafísico (tradicionalmente se identificaban con la reflexión sobre el alma, el mundo y Dios) debían tener una consideración diferente que los conocimientos científicos, además planteaba qué causaba que la metafísica no hubiera avanzado como lo habían hecho las matemáticas y la física. Tomó como modelo científico la ciencia de Newton, e identificó uno de los fundamentos de esa forma de plantear la ciencia con el tipo de juicios que constituían la formulación teórica de esa ciencia: los juicios sintéticos a priori. Estos juicios sólo pueden elaborarse conectando nuestra experiencia y la forma en que el entendimiento conoce a través de las formas a priori del entendimiento.

Para mostrar que la metafísica no podía considerarse un conocimiento de tipo científico, Kant debía, primero, definir qué es un conocimiento científico y, segundo, señalar de qué tipo eran los enunciados o juicios científicos, que él conectó con juicios sintéticos a priori, para comprobar si los razonamientos metafísicos podían adecuarse a las características de los juicios sintéticos a priori propios de la ciencia.

Kant definió el conocimiento científico como aquel que tenía estas tres características: era universal, esto es, sus enunciados (juicios) son verdaderos para los casos a los que se aplica; segundo, es necesario y, tercero, amplía nuestro conocimiento sobre el mundo, esto es, el predicado de sus enunciados ofrece más información que la que aporta el sujeto (son “ampliativos”).

El tipo de enunciados que la ciencia utiliza son los enunciados o juicios sintéticos a priori, para ver en qué consisten, vamos a echar un vistazo a los diferentes tipos posibles de enunciados o juicios.

Para Kant la filosofía está conectada con la forma en que razonamos y presentamos estos razonamientos que él llama juicios. Clasifica los tipos de juicios que hay en:

Juicios analíticos: en ellos el predicado está incluido en el sujeto, no amplían nuestro conocimiento sobre la realidad. Son juicios universales, necesarios y no amplían nuestro conocimiento (no ampliativos): Ejemplos: el todo es mayor que sus partes, el triángulo tiene tres lados. Por sí mismos no constituyen un conocimiento científico.

2º. Juicios sintéticos: el predicado no está contenido en la noción de sujeto (el predicado amplía la información contenida en el sujeto). Sí aportan conocimiento sobre la realidad: Los y las alumnos/as de 1º de Bachillerato sueñan escenas inconfesable. Puede haber dos tipos de juicios sintéticos:

2.1. Juicios sintéticos a posteriori: son el resultado de (o posteriores a) la experiencia sensible. Se trata de enunciados concretos o particulares (no universales), contingentes y que amplían el conocimiento (ampliativos): No son enunciados científicos. Su verdad es conocida a partir de la experiencia, por ejemplo, el profesor es aburrido y tiene un tejón como mascota

2.2. Juicios sintéticos a priori: son previos a la experiencia sensible, amplían nuestro conocimiento (son “ampliativos”), son universales y necesarios. La verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia. Ejemplo: “la recta es la distancia menor entre dos puntos”

Kant llega a la conclusión de que la ciencia es un desarrollo teórico de juicios (razonamientos) y proposiciones. El tipo de juicios que usa la ciencia son los juicios sintéticos a priori, un ejemplo es: «la recta es la distancia más corta entre dos puntos». Estos juicios por ser sintéticos, nos dan información, amplían nuestro conocimiento de la realidad y, por ser a priori, son juicios universales, necesarios y el conocimiento de su verdad no procede de la experiencia. Según Kant, este tipo de juicios son los principales usados en la matemática y en la física y la metafísica no puede elaborarse a través de este tipo de juicios, no es posible como ciencia.

Para responder a la pregunta ¿qué puedo conocer?, junto al análisis del tipo de juicios que hemos revisado, Kant realizó un estudio de tres facultades humanas conectadas con el conocimiento, esto es, sobre la sensibilidad, el entendimiento y la razón, señalando algunos de sus rasgos esenciales y su relación con el desarrollo del proceso de conocimiento.

Así, en La Crítica de la Razón Pura, Kant estudia las tres facultades que intervienen en el conocimiento (sensibilidad, entendimiento y razón).

(1º) En la primera parte de la “Crítica de la razón pura”, que llama la Estética Trascendental,  estudia la facultad de la sensibilidad  en la que existen unas formas trascendentales (o condiciones de posibilidad) que actúan ordenando el caos de la experiencia inmediata recibida por el sujeto. Estas formas o intuiciones puras a priori (innatas) son espacio y tiempo. La intuición o relación inmediata del sujeto con el objeto de conocimiento sólo existen a través de intuiciones sensibles, esto es, que proceden de los sentidos. Por tanto, el conocimiento tiene su origen en la experiencia de los sentidos, pero se trata de unas impresiones desordenadas y caóticas que el sujeto reordena y estructura a través de las citadas formas a priori de la sensibilidad, del espacio y el tiempo,  a través de las cuales reestructuramos los datos que obtenemos de los sentidos. Con otras palabras, todo lo que percibimos con los sentidos lo interpretamos dentro de las coordenadas (formas a priori) de espacio y tiempo que impone la facultad humana llamada sensibilidad. Y todo lo que captamos bajo esas dos categorías que condicionan nuestra intuición sensible lo llamamos fenómenos.

El espacio y el tiempo (elementos a priori) posibilitan el desarrollo de ciencias como la geometría y la aritmética, que utilizan juicios sintéticos a priori.

 (2º) En un nuevo capítulo, en la “Analítica trascendental”, analiza la facultad del entendimiento, que puede explicarse como la facultad de pensar mediante conceptos y permite al ser humano emitir juicios sobre la realidad. La Analítica trascendental estudia los conceptos que estructuran el entendimiento, que llama categorías. Las categorías son los conceptos o soportes que nos permiten pensar o posibilitan pensar las intuiciones sensibles. El entendimiento tiene la función de sintetizar o conectar las representaciones obtenidas de la sensibilidad desde los conceptos. El entendimiento actúa sobre las intuiciones sensibles, sobre el “fenómeno” que procede de la sensibilidad, aplicándole un conjunto de categorías o reglas de carácter innato, puras y a priori propias del entendimiento, que permiten unificar las distintas sensaciones.. Estas categorías están determinadas por las distintas formas de pensar un juicio que tiene el hombre (algunas de estas 12 categorías son: unidad, pluralidad, totalidad, relación, negación, causalidad, necesidad, etc.). Las categorías no se pueden aplicar a ideas que no tengan su origen en la experiencia sensible, como la idea de Dios. Este análisis le sirve a Kant para afirmar la existencia de juicios sintéticos a priori de la física.

Para Kant, las categorías del entendimiento, como la de causalidad, no pueden aplicarse a ideas como la de Dios, porque no son realidades “fenoménicas” con origen en la experiencia bajo estructuras a priori como el espacio y el tiempo. A esas ideas como la de Dios, Kant las relaciona con lo que denomina “noúmeno”, en oposición al “fenómeno”. El nóumeno o “cosa en sí” es previa al conocimiento, representa el límite de la experiencia, se trata de una realidad que permite que halla conocimiento, pero en sí mismo no puede conocerse. Lo nouménico no puede ser tratado científicamente, con juicios sintéticos a priori.

 (3º) Kant continúa un tercer paso de su crítica a la razón con la Dialéctica Trascendental”,  en la que trata de los límites del conocimiento científico y de la facultad de la razón, la facultad más abstracta, que pretende obtener conocimiento de la cosa en sí (noúmeno). La razón es la facultad que permite a las personas reflexionar sobre las causas y fundamentos últimos de toda la realidad, que nos mueve a ir más allá del conocimiento de los fenómenos, trascienden la experiencia, para acceder a las ideas de el alma, el mundo y Dios. En su investigación, Kant muestra que la metafísica no es posible como ciencia porque sus enunciados no se basan en juicios sintéticos a priori, que son los propios de la ciencia y que, como hemos visto, exigen un componente experimental y la metafísica no lo tiene.

La metafísica racionalista se había centrado en tres temas: el alma, el mundo y Dios. Para Kant estos tres temas no son objeto del entendimiento, sino de la razón. Y la razón kantiana no es una facultad de conocer, sino de pensar. Así pensamos mediante ideas, luego tenemos ideas del alma, del mundo y Dios, pero no juicios sintéticos a priori. Estas ideas no son algo inútil, sino que la razón les da su importancia y las constituye como ideas reguladoras de la moralidad y nos permiten dar la respuesta a la pregunta más importante de la filosofía: ¿qué es el ser humano?, ¿en qué radica su esencia como ser frente a todo lo demás?

Moral.  ¿Qué debo hacer?

Una vez que ha llegado a estas conclusiones (fijados los límites del conocimiento y la imposibilidad de la consideración de la metafísica como ciencia) a través de la razón teórica, Kant intenta contestar a la siguiente pregunta que se formula: ¿Qué debo hacer? Para ello, y partiendo de que nuestra vida no es sólo conocer cosas, analiza la razón práctica o ética y moral en su obra Crítica de la Razón Práctica (y en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres), y encuentra un hecho evidente: yo, como ser humano, también actúo moralmente, decido lo que debo hacer en mi vivir diario, ejerzo mi voluntad y siento y compruebo que soy responsable y considero responsables a los demás de su conducta. De esta manera, plantea temas relacionados con la libertad, los valores, normas y principios éticos.

Pero, ¿qué es actuar bien o correctamente para Kant?

De acuerdo a Kant, para actuar correctamente debemos, por un lado, ser coherentes con la buena voluntad y, por otro, tenemos que obedecer nuestra razón.

Para Kant lo único realmente bueno sin restricciones es la buena voluntad. Para ver si una acción es buena hay que atender a la intención que guía el comportamiento, no a las consecuencias. Tener buena voluntad conlleva ser coherentes con lo poner todos los medios y disposiciones necesarias para poder hacer efectiva esa buena voluntad.

Frente a la razón teórica, que utiliza juicios para decirnos cómo es el mundo, la razón práctica usa mandatos, imperativos, para indicarnos cómo debe ser nuestro comportamiento. No habla del “ser” de la realidad, sino del “deber ser”. La ética kantiana es deontológica porque sostiene el valor moral de las acciones en la noción del deber que nos impone nuestra razón. Esto es, cuando me planteo cómo debo actuar mi criterio debe ser hago algo porque es lo correcto según me lo impone mi propia estructura de ser racional (no para conseguir algo). Ojo, actuar por deber no es lo mismo que actuar conforme al deber, pues puedes actuar con forme al deber sin quererlo.

El centro de toda su ética es el Imperativo categórico, que se puede formular de 4 maneras diferentes, dice así: “obra según la máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal” (obra de tal manera que lo que hagas en una circunstancia concreta desearías que se convirtiese en una norma universal). Otra manera de plantearlo es bajo la forma: ““Obra de tal modo que uses a la humanidad siempre como un fin y no como un medio”. Esta segunda forma resalta la clave de la dignidad del ser humano frente al resto de los seres vivos, y conecta esa dignidad con el hecho de que una persona siempre debe tratarse como un fin en sí, nunca como un simple medio, instrumento u objeto material.

Algunos de las características esenciales de la ética y del imperativo categórico de Kant son:

(1). El imperativo categórico tiene un carácter formal. Pertenece a una teoría ética formal no material. Las éticas materiales tienen contenido (placer, felicidad). Actúan para buscar un objetivo: ser felices, disfrutar de placer, etc.; son a posteriori, resultado de la experiencia, hipotéticas, heterónomas. La ética kantiana es formal, porque nos dice que debemos actuar por mero respeto a la norma que nos ofrece nuestra conciencia, nuestro entendimiento, nos ofrece una fórmula, forma o estructura, no un contenido. El imperativo categórico es formal y tiene un carácter deontológico (actuar solo por respeto a la norma de mi razón).

(2.).El imperativo es autónomo, no posee un carácter heterónomo. Somos nosotros libremente quienes decidimos cuál debe ser la conducta correcta que deseamos que se convierta en ley. La ética heterónoma propone normas concretas ya establecidas que se deben seguir por quienes las sigan.

(3).El imperativo kantiano es categórico, el deber que se desprende de su imposición racional (su carácter deontológico) no da pie a alternativa, debe ser necesariamente así. No es condicionado. Es la propia razón la que nos impone la ley moral y, por tanto, es universal, necesario e incondicionado. Es el resultado de una exigencia de nuestra razón como seres humanos. Por el contrario, las éticas materiales son hipotéticas y condicionadas, porque plantean que sólo si se consigue algo se debe actuar de una manera, algo es condición de algo más.

Así se propone fundamentar la obligación y la universalidad de la ley moral en la razón práctica como legisladora de la conducta humana. Buscando esa norma que garantice una moral auténtica, universal y libre, la enunciará en forma de imperativo categórico con varias formulaciones, entre ellas: (“Obra de tal modo que la norma que te impongas a ti pueda convertirse en ley universal”,).

Una acción buena será aquella realizada por una “voluntad buena”. Y ésta debe ser una voluntad autónoma, que se regula a sí misma y actúa por deber, por puro respeto a la ley, que se orienta según el único mandato propiamente moral: el imperativo categórico. Según éste, cualquier norma moral ha de ser universal, ha de considerar a las personas como fines en sí mismas, dotadas de dignidad y ha de valer como norma en un ámbito donde las personas se respetan, no se utilizan.

Kant reconoce que la acción moral se encuentra acompañada por una serie de presupuestos, que son condiciones necesarias para que se lleve a cabo esta acción y que el llama postulados, porque no son demostrables teóricamente. En su Crítica de la razón práctica, efectivamente, se encuentra con la necesidad de postular que el hombre es libre e inmortal y que existe un Ser Supremo, Dios:

La libertad: para que una acción tenga valor moral, el sujeto debe gozar de libertad; o, lo que es lo mismo, existe un ser humano dotado de libertad.

La inmortalidad del alma: ya que la tarea de cumplir plenamente con el deber no puede lograrse en una existencia finita y limitada.

La existencia de un ser supremo, Dios: en el que se identifican el bien y el deber, realidad donde se identifican el ser y el deber ser.

Un Ser Supremo que garantiza que el cumplimiento del deber estará recompensado con la felicidad eterna.

 ¿Qué me cabe esperar?

De ello escribirá en su “Crítica del juicio”, respondiendo a dicha pregunta desde tres ámbitos:

  1. a) En lo estético, puedo esperar como finalidad subjetiva sentir placer por lo bello o lo sublime. En el arte se da la posibilidad de actuar sin interés alguno.
  2. b) en cuanto a la historia y la convivencia social, puedo esperar la realización de la libertad a través del progreso hasta llegar a una sociedad plenamente libre y racional. Propone la necesidad de construir una federación de Estados libres que pueda regular los conflictos internacionales. Kant habla de la “insociable sociabilidad” del ser humano. Pensaba que el ser humano poseía una raíz insociable y violenta que lo llevaba a tener conflictos con otras personas a causa de sus impulsos egoístas, pero, al mismo tiempo, se veía en la necesidad de convivir en sociedad para superar esta situación permanente de inseguridad y poner los medios para promover el desarrollo a través de las normas y la legalidad que representan los estados.
  3. c) por último, en lo religioso, puedo esperar una finalidad objetiva: que Dios sea un supremo bien que enlace el logro de la perfección moral con la consecución de la felicidad. La religión ofrece la esperanza de ser felices.

La dimensión religiosa del ser humano también refleja la tensión que se produce entre la imposibilidad de acceder al conocimiento del noúmeno (el alma, el mundo y Dios) y la necesidad del ser humano de seguir intentándolo y razonando sobre estos temas, porque es característico de su naturaleza, de su forma de razonar. Pese a que no podemos acceder a un conocimiento en sí de las cosas independiente de nuestras estructuras mentales, de nuestros condicionantes cognoscitivos, como el espacio y el tiempo o las categorías, nuestra naturaleza nos empuja o inclina a reconocer la importancia de seguir reflexionando sobre estas ideas. En este análisis Kant denomina a su filosofía idealismo trascendental. Explica que nuestra razón es de tal manera que tiende a buscar principios, juicios, verdades cada vez más generales y universales. Pasa de lo general a lo incondicionado, lo total, lo absoluto.



1º DE BACHILLERATO Y ESO:

Immanuel Kant
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Immanuel Kant
Filosofía occidental
Filosofía del siglo XVIII
Nacimiento 22 de abril de 1724
Königsberg, Reino de Prusia
(actualmente Kaliningrado, Rusia)
Fallecimiento 12 de febrero de 1804 (79 años)
Königsberg, Reino de Prusia

MANUEL KANT (1724-1804) ILUSTRACIÓN ALEMANA (KÖNIGSBER).

  1. Es un filósofo de la Ilustración.

Como ilustrado hace suyos alguno de los rasgos de los intelectuales de esta época:

–          Concepto de conocimiento científico (poder de la ciencia).

–          Ideal de progreso (desarrollo de la humanidad).

–          Proceso de secularización del pensamiento.

–          Estar a la altura de las posibilidades que nuestra libertad nos ofrece.

Como filósofo o pensador, trata de replantear el enfoque de la razón que se da en su época. Piensa que la tarea fundamental de la filosofía es la crítica de la razón, y desde esta crítica pretende cuestionarse todo lo anterior, las teorías anteriores, y replantear todo lo que se conoce para ver cómo se puede progresar dando el máximo de desarrollo a la facultad de nuestra razón.

En su filosofía Kant plantea que en su época, los ilustrados que seguían teorías exclusivamente racionalistas, empiristas o irracionalistas (subjetivismo de los sentidos), no estaban a la altura de las demandas que la época que les había tocado vivir. Padecen cierta “minoría de edad, por culpa de la pereza, por falta de verdadera libertad.

Su crítica a la razón tiene como objetivo principal la realización de la libertad. Esta crítica debe ser realizada desde la razón misma. Animada por la máxima: “atrévete a pensar por ti mismo”. (Supera la tradición). La crítica consiste en aclarar lo que es y sus últimos fines e intereses. La razón ilustrada quiere situarnos ante el hecho de que somos libres, esto es: para la reflexión y la acción. La filosofía nos tiene que impulsar hacia una nueva dinámica histórica que nos guía hacia un estado nuevo de la humanidad en la libertad.

 La filosofía kantiana se puede resumir tratando de responde a las siguientes preguntas: 1. ¿Qué puedo saber?, 2. ¿Cómo debo actuar?, 3. ¿Qué me cabe esperar?

I. CRÍTICA DE LA RAZÓN TEÓRICA:  ¿Qué puedo conocer?

La obra en que refleja el resultado de su investigación para responder a esa pregunta se llama: Crítica de la Razón Pura.

Conectado con la respuesta a esta pregunta, Kant plantea varios temas importantes. ¿Puede avanzar la metafísica desarrollando una metodología y estructura científica como lo hacen la física y las matemáticas que Newton utilizó para impulsar el conocimiento del mundo natural? ¿Cuáles son los principios y los límites dentro de los cuales es posible el conocimiento de la naturaleza?

 Para Kant la ciencia es posible bajo ciertas condiciones:

1º. Condiciones empíricas: particulares, fácticas (sentidos)

2º. Condiciones universales, necesarias, previas a la experiencia que condicionan esta: dos ejemplos son el espacio y el tiempo. Llama a estas condiciones: condiciones trascendentales.

Para Kant la filosofía está conectada con la forma en que razonamos y presentamos estos razonamientos que él llama juicios. Clasifica los tipos de juicios que hay en cuatro grupos:

Primero, realiza una clasificación de estos juicios atendiendo al criterio de si e predicado está incluido o no en la noción de sujeto.  Distingue entre:

Juicios analíticos: en ellos el predicado está incluido en el sujeto, no amplían nuestro conocimiento sobre la realidad: Ejemplo: el todo es mayor que sus parte.

2º. Juicios sintéticos: el predicado no está contenido en la noción de sujeto. Sí aportan conocimiento sobre la realidad: Los y las alumnos/as de 1º sueñan escenas inconfesables.

        2.1. Juicios sintéticos a posteriori: son el resultado de (o posteriores a) la experiencia sensible. Se trata de enunciados concretos o particulares (no universales), contingentes y que amplían el conocimiento (ampliativos): No son enunciados científicos. Su verdad es conocida a partir de la experiencia, por ejemplo, el profesor es aburrido y tiene un tejón como mascota

2.2. Juicios sintéticos a priori: son previos a la experiencia sensible, amplían nuestro conocimiento (son “ampliativos”), son universales y necesarios. La verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia. Ejemplo: “la recta es la distancia menor entre dos puntos

         Kant llega a la conclusión de que la ciencia es un desarrollo teórico de juicios (razonamientos) y preposiciones. El tipo de juicios que usa la ciencia son los juicios sintéticos a priori, un ejemplo es: «la recta es la distancia más corta entre dos puntos». estos juicios por ser sintéticos, nos dan información, amplían nuestro conocimiento de la realidad y, por ser a priori, son juicios universales, necesarios y el conocimiento de su verdad no procede de la experiencia. Según Kant, este tipo de juicios son los principales usados en la matemática y en la física y la metafísica no puede elaborarse a través de este tipo de juicios, no es posible como ciencia.

 II. CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA EN RELACIÓN AL CONOCIMIENTO ÉTICO Y LA TAREA MORAL: ¿Qué debo hacer?, ¿Cómo debo actuar?

La obra en la que responde a esta pregunta es la Critica de la Razón Práctica. Se plantea cómo debe ser la conducta humana para actuar correctamente, establece y justifica los principios de cómo debemos actuar y las condiciones de la libertad, que es la clave para entender su ética.

Frente a la razón teórica, que utiliza juicios para decirnos cómo es e mundo, la razón práctica usa mandatos, imperativos, para indicarnos cómo debe ser. No habla del “ser” de la realidad, sino del “deber ser”.

Pero, ¿qué es actuar bien o correctamente para Kant?

De acuerdo a Kant, para actuar correctamente debemos, por un lado, ser coherentes con la buena voluntad y, por otro, tenemos que obedecer nuestra razón.

Para Kant lo único realmente bueno sin restricciones es la buena voluntad. Para ver si una acción es buena hay que atender a la intención que guía el comportamiento, no a las consecuencias. Tener buena voluntad conlleva ser coherentes con lo poner todos los medios y disposiciones necesarias para poder hacer efectiva esa buena voluntad.

El centro de toda su ética es el Imperativo categórico, que dice así: “obra según la máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal (obra de tal manera que lo que hagas en una situación concreta desearías que se conviertiera en norma general). Otra forma de plantear el mismo imperativo es: «trata siempre a todo ser humano como un fin y nunca como un medio o un simple instrumento».

       La ética kantiana es deontológica porque sostiene el valor moral de las acciones en la noción del deber que nos impone nuestra razón. Esto es, cuando me planteo cómo debo actuar mi criterio debe ser hago algo porque es lo correcto según me lo impone mi propia estructura de ser racional (no para conseguir algo).

Algunos de las características esenciales de la ética y del imperativo categórico de Kant son:

-1. El imperativo categórico tiene un carácter formal. Pertenece a una teoría ética formal no material. Las éticas materiales tienen contenido (placer, felicidad). Actúan para buscar un objetivo: ser felices, disfrutar de placer, etc.; son a posteriori, resultado de la experiencia, hipotéticas, heterónomas. La ética kantiana es formal, porque nos dice que debemos actuar por mero respeto a la norma que nos ofrece nuestra conciencia, nuestro entendimiento, nos ofrece una fórmula, forma o estructura, no un contenido. El imperativo categórico es formal.

-2. El imperativo es autónomono posee un carácter heterónomo. Somos nosotros libremente quienes decidimos cuál debe ser conducta correcta que deseamos que se convierta en ley. La ética heterónoma propone normas concretas ya establecidas que se deben seguir por quienes las sigan.

-3. El imperativo kantiano es categórico, no puede ser de otra forma, debe ser necesariamente así. No es hipotético, no es condicionado. Es la propia razón la que nos impone la ley moral y, por tanto, es universal, necesario e incondicionado. Es el resultado de una exigencia de nuestra razón como seres humanos. Las éticas materiales son hipotéticas y condicionadas, porque plantean que sólo si se consigue algo se debe actuar de una manera, algo es condición de algo más.

 III. VISIÓN TOTALIZADORA DEL PENSAMIENTO KANTIANO A TRAVÉS DE SU CONCEPCIÓN DE LA RELIGIÓN Y LA HISTORIA.

             A través de este apartado de su filosofía Kant trata de responder a la pregunta: ¿Qué me cabe esperar? Reflexiona y ofrece respuestas sobre el destino del ser humano y las condiciones y posibilidades de su realización.

          a) En lo estético, puedo esperar como finalidad subjetiva sentir placer por lo bello o lo sublime. En el arte se da la posibilidad de actuar sin interés alguno.

          b) En cuanto a la historia y la convivencia social, puedo esperar la realización de la libertad a través del progreso hasta llegar a una sociedad plenamente libre y racional. Propone la necesidad de construir una federación de Estados libres que pueda regular los conflictos internacionales. Kant habla de la “insociable sociabilidad” del ser humano. Pensaba que el ser humano poseía una raíz insociable y violenta que lo llevaba a tener conflictos con otras personas a causa de sus impulsos egoístas, pero, al mismo tiempo, se veía en la necesidad de convivir en sociedad para superar esta situación permanente de inseguridad y poner los medios para promover el desarrollo a través de las normas y la legalidad que representan los estados.

         c) por último, en lo religioso, puedo esperar una finalidad objetiva: que Dios sea un supremo bien que enlace el logro de la perfección moral con la consecución de la felicidad. La religión ofrece la esperanza de ser felices. En este análisis Kant denomina a su filosofía “idealismo trascendental”. Explica que nuestra razón es de tal manera que tiende a buscar principios, juicios, verdades cada vez más generales y universales. Pasa de lo general a lo incondicionado, lo total, lo absoluto.

          Kant realiza la distinción entre fenómeno y noúmeno (cosas en sí). Y muestra la imposibilidad de acceder al conocimiento del noúmeno, pero al mismo tiempo la necesidad del ser humano de seguir intentándolo y razonando sobre ello, porque es característico de su naturaleza, de su forma de razonar. Las posibilidades del conocimiento humano están mediatizadas por el espacio, el tiempo y las categorías, que son condiciones de posibilidad de nuestra experiencia. No podemos acceder a un conocimiento en sí de las cosas independiente de nuestras estructuras mentales, de nuestros condicionantes cognoscitivos.

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